Toda creación de algo necesita primero
una idea para después materializarla utilizando dibujos o bocetos. Al crear
personajes imaginarios lo primero que se nos viene a la cabeza son los dibujos
de los niños, esa manera espontánea de plasmar algo que imaginan. Para ello,
utilizan las formas básicas y el dibujo.
Hay una serie de técnicas que utilizamos
como son el plano y sus interacciones que podemos ver a nuestro alrededor, como
son el contacto, distanciamiento, transparencia, superposición, intersección,
sustrac-ción, unión o penetración. Estas técnicas me llevan a pensar en la
Teoría de la Gestalt, que se ocupa de estudiar la percepción visual para poder
entender las actitudes y conductas de los seres humanos ante las imágenes que nos
rodean.
La ciencia ficción o fantasía propone
ideas que nos implican emocionalmente teniendo en cuenta nuestro propios
temores. Uno de los recursos de nuestra inventiva es la fusión o trasformación
de una cosa a otra, como por ejemplo en la mitología.
Para inventar un personaje tiene que
surgir de manera espontánea, aunque luego lo vamos adaptando según vamos
creciendo. El problema es que nuestra cultura no asume lo imaginario, sino que
lo relaciona con lo infantil o lo paranoico, dejándonos sin el recurso de lo
fantástico, aún sabiendo que un personaje inventado no podría existir en la
vida real.
El personaje inventado logrado es el que
adquiere más peso que el de su propio autor. Este personaje puede vivir todo lo
que el autor no ha vivido o le gustaría debido a que la vida real le limita.
Lo imaginario no responde a ninguna
obediencia, puede crearse de todo; desde los más monstruosos a los más tiernos.
En esencia, el crear un personaje es para satisfacción inmediata, ya que lo que
no se puede conseguir en la realidad se consigue en lo imaginario.
Opino que el inventar un personaje no es
algo de los libros, sino que antes ya lo hacían los niños para divertirse. Por
ello, la imaginación es algo esencial del ser humano, una parte inseparable, es
una necesidad primaria desde nuestros inicios.
Desde mi punto de vista, necesitamos ver
y leer ficción que nos permitan evadirnos y entretenernos fuera del límite de
nuestro propio cuerpo y la razón.
Para crear un personaje, lo primero que
hay que tener en cuenta es que sea carismático, que pueda agradar a los demás.
Para ello, hay que elegir unas cualidades, cómo te gustaría que fuera,
valiente, fuerte, despistado, etc, y después añadir algo de nuestra propia
personalidad.
El personaje evolucionará según le vamos dando rasgos que lo
identifiquen, además tiene que estar lo
suficientemente desarrollado como para responder a ¿Quién es?, ¿cómo se llama?,
¿Cuántos años tiene?, ¿está casado?, ¿qué estudios tiene?, etc, esto sirve a
ayudar a definir su personalidad. Lo importante es que el público lo vea como
algo creíble y coherente.
Como conclusión, después del largo
proceso de creación, al fin y al cabo lo importante es que el personaje sea
capaz de expresar algo, que tenga personalidad. Por ejemplo, las locuciones y sonidos de los personajes
una vez llevados a pantalla, son muy importantes como es el caso de Wally, ya
que al ser personajes motorizados, el sonido tiene que ser algo característico
con lo que se identifique el personaje.
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