El arte no es
publicidad porque su función es estética a diferencia de la publicidad que es
puramente comercial, pero es cierto que entre ambos lenguajes hay
vinculaciones, ya que a lo largo de este siglo, hay algunos movimientos
artísticos que utilizan recursos de la publicidad, siendo un claro ejemplo de
ello los artistas del Popart como Andy Warhol, pero también en la publicidad
podemos encontrar ejemplos de carteles que se acercan en su plasticidad al arte.
En mi opinión, el
arte para considerarlo como tal, debe ser algo libre, mientras que la
publicidad es un instrumento de venta al servicio de un empresario. Es decir,
un diseño publicitario tienen que pasar por una serie de filtros antes de ser
exhibidos como son las necesidades de los clientes, las comerciales y sobre
todo el interés empresarial.
La publicidad es
una técnica poderosa que siempre manipula la conducta a través de imágenes que
persuaden y seducen, aunque no sabemos si es cierto lo que dicen al 100% porque
no podemos comprobarlo. La publicidad ha sabido aprovechar las emociones que
nos produce contemplar una obra de arte, tanto pintura, música, etc, para unos
objetivos concretos.
Debido a que el
mundo se mueve por el dinero, considero importante que la imaginación y sobre
todo la sensibilidad se eduquen para que actuemos como seres humanos y no como
empresarios.
Los empresarios
saben que para poder vender sus productos necesitan una publicidad creativa
para llamar la atención del comprador, porque saben que el producto o su
información técnica, por sí solas no trasmiten ni seducen a nadie.
Nos encontramos
en el mejor momento de la imagen, de la fotografía, donde las cosas son más
bellas que en la realidad y lo único que nos preocupa es el mundo físico, donde
el cuerpo lo es todo y el alma no vale nada. Es una realidad desvirtuada la que
la publicidad nos quiere vender. Todo lo que la publicidad nos muestra del
mundo físico es para intentar vender un producto, por ejemplo, la imagen de un
desierto para vendernos un refresco o los cuerpos humanos para vendernos ropa,
mientras que el arte los utiliza para valorarlos en sí mismos por lo que son.
Desde mi punto
de vista, la publicidad y el arte no son lo mismo, utilizan las mismas técnicas
y su objetivo común es atraer la atención, pero su fin es bien distinto; el
arte comunicar un concepto y la publicidad vender un producto. La publicidad no
es arte porque para ello tendría que poder representar a la humanidad y solo
habla en nombre de la industria. Lo que tendríamos que conseguir es que
coincidieran los intereses empresariales con los humanos.
Considero que la
relación que existe entre el arte y la publicidad irá creciendo en los próximos
años, confundiéndose entre sí, y para que no desaparezca el arte, éste tendrá
que cambiar su entorno y salir de los museos a la calle.
Como conclusión,
opino que ya que la publicidad posee tanta influencia en las personas y nuestra
manera de actuar, debería ser más sensible hacía ciertas cuestiones que afectan
peligrosamente a la sociedad: la alteración del clima, el deterioro del medio
ambiente, el envenenamiento del agua, el aire y la tierra, los cementerios
nucleares o basura industriales, la estética del cuerpo, etc, ¿por qué no la
podríamos utilizar para unos fines más ecológicos y saludables? ¿por qué
engañar siempre?
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